Las 10 etiquetas de vino más controvertidas del mundo

Ya sea por marketing, excentricidad o juicios de valor, el etiquetado de los vinos está lleno de ejemplos de controversia. Aquí una lista de etiquetas que no dejan indiferente.

¿Están suficientemente reguladas las etiquetas del los vinos? Bien sea por casualidad o deliberadamente, las siguientes etiquetas pasan desde la simple anécdota, controversia, polémica y hasta el delito. En cualquier caso, no han dejado indiferente a nadie.

1. ¿Queréis joder mi vino!

El joven Fabien Jouves es un enólogo de cuarta generación que produce una gama de vinos AOC biodinámicos en Mas del Périé, la finca de su familia en Haut suroeste de Cahors.

También produce un monovarietal de Jurançon Noir. Aunque el Jurançon Noir se planta comúnmente en Cahors, a partir de 1992 las directrices de denominación han dictado que no se pueden producir bajo la denominación AOC Cahors.

Por lo tanto, Jouves tuvo que etiquetar su vino Jurançon como vino de mesa. Esto hizo que el enólogo les dedicase una inspiradora etiqueta “You fuck my wine?!” (¿Queréis joder mi vino!).

2. Punto G

Otro joven enólogo francés, France Gonzalvez, esta vez de Beaujolais, elabora vinos sin sulfitos (o con muy bajo contenido) en Blace en la zona de Beaujolais-Villages.

Gonzalvez denominó a su vino top cuvée ‘.G’ (Punto G). Pero además tuvo la idea de utilizar su propio nombre (France Gonzalvez) para crear un juego de palabras e incluir en sus etiquetas el término ‘Vins de France’, en alusión a él, no al país.

Sin embargo el IANO (Institut National de L’Origine et de la Qualité) se lo prohibió debido a que generaba confusión.

La solución, poner puntos suspensivos después de ‘Vin’ para distinguir sus vinos de otros vinos de mesa franceses.

3. ‘Mamá y Papá’

En 2012, el productor de McLaren Vale (Australia) D’Arenberg se le ocurrió la idea de crear un vino espumoso con el nombre ‘Dadd’.

La botella también contó con la firma D’Arenberg y una franja roja, que tiene un gran parecido a cierta casa de Champagne.

“Queríamos llamarlo ‘Dadd’ con una doble ‘d’, por que hay muchos padres que estamos involucrados en el proyecto”, dijo el enólogo jefe Chester Osborn.

“Papá pronto se encontró con Mamá muy enfadada” y ‘Dadd’ tuvo que enfrentarse a una demanda judicial de ‘Mumm’ el Champagne Pernod Ricard. Dadd fue eliminado poco después.

4. Anjou Pur Bretón

El enólogo biodinámico Olivier Cousin etiquetó sus vinos AOC en 2005 como vinos de Anjou (un antiguo condado en el valle del Loira, al oeste de Francia), en lugar etiquetar sus vinos como ‘Vin de France’, en protesta por lo que consideró una disminución en los estándares de calidad en la normativa, que incluían permitir la acidificación, así como la chaptalización desde 2003. A continuación, comenzó a etiquetar su Cabernet Franc como ‘Anjou Pur Bretón’

En 2011 la DGCCRF (organismo contra el fraude francés) lo acusó de atentar contra la denominación de origen utilizando ‘Anjou’ en sus etiquetas. Un delito que conlleva una multa de 37.500 euros y hasta dos años de cárcel.

Primo fue declarado culpable y condenado al pago de la multa, aunque se declaró insolvente debido a que las condiciones de la denominación de origen le llevó a la ruina.

5. London Cru, el vino fantasma

La primera bodega urbana de Londres tuvo que acatar las normas de las autoridades de Reino Unido, cuando la Agencia de Normas Alimentarias británica impuso las reglas a sus planes para el etiquetado de su primera cosecha del año pasado.

La bodega, al importar la uva de otros países (Francia e Italia principalmente) pierde el derecho a mencionar cualquier denominación, mencionar el nombre de la uva y, sorprendentemente el año de cosecha de todas sus etiquetas de vino, pese a que el vino se elabora y se cría en barricas en Londres. Es decir, una etiqueta sin información del vino.

6. Cabo Ladrón

El productor de vinos Swartland de Badenhorst Family Wines, de Swartland (Sudáfrica) siempre ha destacado por sus creativas e impactantes etiquetas.

Cuando empezó a embotellar su vino Caperitif – un aperitivo de estilo vermouth que era muy popular en Ciudad del Cabo en el siglo pasado, pero cuya historia se extiende a los colonos holandeses los ‘poderes fácticos’ truncaron sus planes.

La etiqueta originalmente contó con un pergamino que decía en su parte inferior ‘Soet Vermoed’, un juego de palabras ‘vermut dulce’, que en afrikaans se traduce literalmente como “sospechoso dulce”, lo que no significa mucho. No obstante, las autoridades no estaban contentas con esto y obligaron a retirarla.

La nueva etiqueta dice en cambio ‘Kaapse Dief’, traducido literalmente como “Cabo ladrón”. ¿Por qué? Como se indica en la página web de Badenhost Family Wines: “Bueno, porque suena como el Caperitif, obviamente … pero no tiene significado literal en absoluto”. Obviamente parece una venganza contra las autoridades del Cabo tras obligarle a retirar una etiqueta aparentemente no conflictiva después de que la firma de vinos realizase una fuerte inversión en marketing.

7. La bicicleta roja, o 18 millones de botellas de vino falso

La controversia en la siguiente etiqueta pasa por ser uno de los mayores fraudes de etiquetado jamás perpetrados.

En 2010 E&J Gallo fueron estafados por un grupo de productores de vino francés al que compraron más de 18 millones de botellas de vino que suponían eran Pinot Noir, pero en realidad era un vino barato.

La bodega de California compró vino de la región de Languedoc-Roussillon para comercializarse bajo su etiqueta “Red Bicyclette Pinot Noir” (Bicicleta Roja, Pinot Noir).

El fraude se destapó cuando los funcionarios de aduanas franceses se dieron cuanta que la cantidad de Pinot Noir que se vendía a Gallo era mayor que lo que podía producir la región en la que se compraba.

El juez condenó con penas de prisión de uno a seis meses a los comerciantes estafadores y ordenó el pago de multas.

8. Los vinos nazis

Increíblemente, a pesar de multitud de protestas y denuncias de grupos a favor de los derechos humanos, Vini Lunardelli, una bodega italiana de la región noroeste del país (Friuli-Venecia Julia), se ha hecho muy famosa internacionalmente por las polémicas etiquetas de sus vinos que hacen alusión a controvertidos personajes históricos.

Incluyen imágenes de Adolf Hitler y frases tales como” Sieg Heil “y” Ein Volk, Ein Reich, Ein Führer “, junto con varios otros ejemplos de iconografía fascista.

En 2013 el negocio de bebidas se hizo popular en todo el mundo tras una queja de un turista estadounidense que llegó hasta la portada del periódico The New York Times.

En ese momento, la marca de vinos fue condenada por el ministro de Integración de Italia, Andrea Riccardi, quien dijo que su presencia “ofende la memoria de millones de personas y corre el riesgo de poner en peligro la imagen de Italia en el extranjero”.

9. Putos locos

Nadie en Chile se podía imaginar que el nombre de una marca de vinos iba a impulsar las ventas de una manera espectacular en China.

La marca ‘Chilensis’ de una empresa de vinos de Chile, que no tiene ningún significado concreto en español, provocó una mezcla de polémica y escándalo (aunque también muchas risas) entre los bebedores de vino en Hong Kong y China gracias a que, sin quererlo, su nombre sonaba grosero en el gigante asiático.

La etiqueta, de la bodega Via Wines en el Valle del Maule de Chile, se traduce como “fucking nuts”, según una fuente en Hong Kong, que en español vendría a ser algo así como “Putos locos”, aunque puede variar según el contexto.

A raíz de una publicación en la prensa sobre la existencia de esta etiqueta la demanda de este vino se disparó, empujando los precios al alza en 2012. Actualmente el vino se sigue vendiendo muy bien en Hong Kong y China.

10. Etiquetados fraudulentos en vinos de alto nivel

Aquí no se trata de una etiqueta concreta. Uno de los más famosos proveedores sospechosos de etiquetado fraudulento es el coleccionista de vinos Hardy Rodenstock. En las décadas de 1980 y 1990, Rodenstock organizó una serie de catas de alto nivel con vinos antiguos y raros de su colección, incluyendo muchos de los siglos XVIII y XIX, a las que invitó a dignatarios, celebridades y escritores y críticos de vinos de fama mundial, como Jancis Robinson, Robert M. Parker, Jr. y Michael Broadbent, que en aquel momento era un director en la casa de subastas londinense Christie’s y estaba considerado una de las destacadas autoridades mundiales en vinos raros.

En una de estas catas, Rodenstock presentó 125 vintages de Château d’Yquem, incluyendo una botella muy rara de la cosecha de 1784. Además de organizar estas extravagantes catas, Rodenstock también vendía muchas botellas de su colección en casas de subasta, que supuestamente inspeccionaban e investigaban con regularidad la autenticidad de los vinos.

Uno de estos lotes que Rodenstock vendió fueron las raras «botellas de Jefferson», supuestamente burdeos embotellado para el presidente estadounidense Thomas Jefferson. El empresario estadounidense Bill Koch compró cuatro de estas botellas que posteriormente se declararon falsas: los grabados sobre las botellas que presuntamente las vinculaban con Jefferson habían sido hechos con un taladro eléctrico de alta velocidad parecido al usado por los dentistas, tecnología que obviamente no existía en la época. Este hallazgo arrojó una sombra de duda sobre la autenticidad de todas las botellas raras que Rodenstock servía en sus catas y vendía en subastas.

PALA CORAZÓN

El del vino es un camino de exploración. Se arranca un día de pura casualidad con una botella que nos dice más que cualquier otra y, una vez que se enciende esa mecha, al consumidor despierto y en plan de búsqueda la góndola le ofrece innumerables oportunidades.

Entre esas oportunidades, las que se convierten en perlas difíciles de hallar, son las que más motivan la búsqueda. Por eso, los pequeños productores gozan de un aura particular. La del tesoro descubierto, del dato que otros no tienen y uno sí, el del dato que te puedo dar y que te pone del lado de los entendidos.

Por eso, también, los países que tienen pequeños y prestigiosos productores de vino gozan de buena salud a la hora de ofrecer esas perlitas. Y la Argentina es uno de ellos. Lo hablábamos tiempo atrás con Eric Asimov, el crítico de vinos del New York Times, quien me decía que a diferencia de muchos países productores lo que observaba en la Argentina es “un carácter emprendedor dispuesto a hacer su tradición”.

Desde el otro lado del mundo, ese carácter es más una forma de supervivencia. Pero también, una forma de encarar las cosas. Y en el vino es de gran evidencia.

Hay historias clásicas. Como la del enólogo Carmelo Patti, legendario productor de vinos, que vendió su querido Peugeot para elaborar sus primeros Cabernet Sauvignon en la década de 1980. O la de Ángel Mendoza, también enólogo, que con su retiro de Peñaflor a fines de los 90 construyó en tres hectáreas en Lunlunta, Mendoza, una bodega de sueño, de donde nace el blend Pura Sangre. Pero también hay otras historias más recientes.

 

 

Pequeños productores hoy

Es la década actual la que vio una nueva serie de entrepreneurs volcarse al negocio del vino. Mientras que la llegada directa a los sommeliers de los restaurantes abrió puertas a proyectos muy chicos, la escala necesaria para abastecer nacientes distribuidoras y puntos de venta especializados alcanzó para insuflar energía a un movimiento algo disperso pero que hoy late con vida propia.

Vinotecas como Soil, Ozono o Pain et Vin, por mencionar solo tres puntos de venta especializados, o distribuidoras como Montana, Soma Vinos o I Vini abrieron las puertas del mercado a proyectos que van desde una centena de botellas a unas pocas miles. Mientras que los proyectos inmobiliarios como The Vines o Tupungato Wine Lands le dieron rienda suelta a muchos pequeños inversores de entrara al negocio.

Así, el movimiento de pequeños productores goza de buena salud. Están los proyectos que nacieron de amistades, los que son spin off técnicos y aquellos que representan el sueño de los inversores con pasión por el vino. Todos ellos hoy juegan en la pequeña escala.

 

 

¿Algunos que valga pena seguir?

Claro que sí. Tomen nota.

 

  • Amar y Vivir. Matías Etchar elabora en la quebrada de San Lucas, Valles Calchaquíes, un Malbec de otro planeta desde un único y aislado viñedo.
  • Per Sé, la dupla Edgardo del Popolo-David Bonomi, enólogos, elaboran en Gualtallary unas 6 mil botellas que enamoran. No son fáciles de conseguir y cuestan su precio en oro.
  • Michelini i Muffato, son la dupla formada por Andrea Muffato y Gerardo Michelini quienes dieron vida a una línea a blancos de otro planeta como Certezas Semillón y Propósitos Chenin Blanc, entre otros. Forman parte del clan Michelini, donde además están Matías y Juan Pablo, parte de un amplio arco de vinos de partidas pequeñas.
  • Imperfecto es el Malbec con una pizca de Cabernet Franc que elabora en el garaje de su casa Daniel Pi, director de enología de Peñaflor.
  • Lupa. Pablo Lupiáñez produce con un viñedo de Paraje Altamira dos vinos. El clásico Lupa Malbec y el iconoclasta Calle Contastini Malbec es refrescante.
  • Cara Sur. El agrónomo Francisco Bugallo junto a Sebastián Zuccardi, llevan adelante en Barreales, San Juan, este pequeño emprendimiento cuyo Criolla es legendario.
  • Desquiciado. Los enólogos Gonzalo Tamagnini y Martín Cesto se formaron trabajando juntos en bodega y lanzaron esta línea en la que destacan el perfil ligero de sus tintos. Malbec y Cabernet Franc son buenas fichas.
  • Puramun. El enólogo José “Pepe” Galante tiene como proyecto personal estos vinos entre los que destaca un Chardonnay de estilo clásico, su especialidad, y un Malbec jugoso.
  • Pala Corazón. Lucas Niven es un enólogo que tiene además el talento de la ruptura estética. Sus vinos dan buena cuenta de ello. Desde Pala Corazón Malbec al Rosé de Garnacha.
  • Vinyes Ocults. Detrás de la calaca -máscara de catch mexicana- se esconde Tomás Staringer, enólogo que elabora Malbec y espumantes con precisión.
  • Relator Wines. Dos amigos, Fernando “Flaco” Gabrielli y José “Pepe” Reginato, enólogo especialista en burbujas, le ponen el cuerpo a una serie de espumoso entre los que destaca un Malbec Rosé.
  • Giramundo. Detrás de la movida de pequeños productores de Paraje Altamira está Felipe Stahlschmidt, enólogo, quién elabora Giramundo Malbec en un estilo clásico para la zona.

 

ADEMÁS

Siete Vacas tucumanas

Hoy vamos con un vino poco conocido en el mercado de la bodega Las Arcas de Tolombón.  No podemos negar que un vino que se llame Siete Vacas es bastante llamativo, pero hay un par de cosas más que hacen de este vino algo interesante: sus gráficas y su origen.
Vamos por el principio, el dibujante es Alexiev Gandman conocido por sus ilustraciones infantiles y su programa en Art Attack.  Hizo un trabajo genial y, principalmente,  divertido que se ve en la etiqueta, la tipografía y hasta el capuchón de la botella.  La industria local todavía es muy seria con el packaging de los vinos por eso siempre merece un aplauso quien apuesta a más.
El origen: Tucumán.  Tal vez suene raro un vino de Tucumán, pero no lo es tanto si piensan que la bodega forma parte de los Valles Calchaquíes, gran región vitivinícola del norte de nuestro país.
Copio textual el origen del nombre:

 

«El nombre lo tomamos del relato de un viejo pastor y puestero que vivió 50 años a más de 3.000 metros de altura en la montaña.
La nevada y el viento blanco asolaron siete días nuestro puesto Yacomisky, a tres mil metros de altura; días antes el pastorcito Domingo Guanca, había soñado que siete vacas lo perseguían en la nieve, donde hoy, pequeñas vides crecen desafiando a la naturaleza en la montaña.
Cinco mil años antes, un faraón sueña que siete vacas gordas, son perseguidas y devoradas por siete vacas flacas; aconsejado por José, un joven pastor intérprete de sueños, labran intensamente la tierra los siete años de abundancia, sobreviviendo así a los siguientes siete años de sequía.»  Vaya historia, no?  Dicen que la ganadería en Argentina empezó con siete vacas y un toro.
Ahora vamos al vino en cuestión: Siete Vacas Cabernet Sauvignon 2010.
Color rojo rubí profundo.  Interesante nariz: aromas típicos del varietal como pimientos verdes, y un toque de pimienta negra y tabaco.  Esto último aportado gracias a que pasó 6 meses en contacto con roble (50% francés y 50% americano).  Es atractivo en nariz y no defrauda al probarlo.  En boca predominan los sabores frutales, de taninos picantes pero refrescantes y una muy buena persistencia dulzona y paso amable.
En conclusión, un sabroso Cabernet con una mirada particular y una gráfica atrayente.

Vinos y diseño, maridaje sin límites

“Ser bueno en los negocios es el tipo de arte más fascinante”. Así como sus obras, muchas de las sentencias de Andy Warhol mantienen su vigencia como tangentes que cruzan la modernidad y la sociedad el consumo. Sobre todo en la última década, la industria del vino evolucionó en esa misma línea. No sólo por haber confirmado a la vitivinicultura como otra especie de arte en permanente experimentación, sino además por una creciente tendencia en incorporar el diseño para presentar sus productos.

Las etiquetas tradicionales conviven desde hace rato con obras en miniatura de artistas reconocidos, tipografías estridentes, composiciones cromáticas audaces e ilustraciones que abarcan del minimalismo al surrealismo. Para el mercado, en el que en los últimos cinco años se inscribieron 12 mil marcas nuevas, una operación de “win-win”: si ya dan ganas de tomar todos los vinos, también dan ganas de tenerlos. Un razonamiento que apunta a expandir cada vez más la masa crítica del consumo.

Repasamos entonces algunos de los casos más resonantes de los últimos tiempos.

Ji Ji Ji (Gen del Alma)

Fue sin dudas una de las apariciones disruptivas en 2015, y elegido por la revista Decanter como uno de los best-boy del año. Concebido por los enólogos Andrea Muffato y Gerardo Michelini, impresionó tanto por su elaboración (la maceración carbónica para la cofermentación del Malbec y el Pinot Noir), como por su aspecto y sabor en boca. Por supuesto, el diseño de la etiqueta no le fue en zaga, con un enigmático comodín, flanqueado por frases alusivas a Los Redonditos de Ricota, inspiradores del vino.

“El Joker esboza su característica risa sarcástica, casi burlona. Sobre una de sus mano levita un As de allí su aparente tranquilidad de tener un as bajo la manga. Por otro lado, en su otra mano muestra el poder inigualable del control del tiempo a través de un reloj que en lugar de agujas tiene llaves. Para finalizar existe en este dibujo la presencia de las cartas de la Reina y el Rey, ya que los enólogos de este vino son un matrimonio”, explicó la diseñadora Carolina Saguán, quien también concibió el carnaval distópico del Zorzal Piantao y el flamenco psicodélico del Plop! de Manuel Michelini.

Mosquita Muerta Wines

El proyecto de José Millán se impone desde la calidad y la irreverencia. Lejos de espantar, los nombres de los vinos atrapan la atención de inmediato y todos tienen su razón de ser: Mosquita Muerta (siempre tiene un plan aunque nadie lo note), Sapo de Otro Pozo (como se sintió Millán al principio), Pispi (el que llama siempre la atención), y Perro Callejero (hay que estar en permanente movimiento).

Entre las cuatro etiquetas y el coqueto packaging en blanco y negro, concebidos integralmente por el estudio Boldrini & Ficcardi, descolla Sapo de Otro Pozo: con una ilustración preciosista de Lucila Jaime, fue galardonada por su diseño en el premio Desafío Federal 2015.

Ernesto Catena Vineyards

Ya que hablamos de New Yorker, el ilustrador y best-seller Liniers cumplió hace pocos el sueño de llevar de ver publicada una obra suya en la portada de la revista estadounidense. Ernesto Catena lo convocó para que que dibujara cinco piezas originales para su Alma Negra Single Vineyard, y el resultado es de colección. Un nuevo hito en las inquietudes artísticas de Catena, quien ya había impresionado con las etiquetas y el lujoso packaging de los Animal, con frescos selváticos que remiten a la estética de Paul Gauguin.

Susana Balbo

Reconocida en la industria por su constante visión innovadora, con su línea Críos ensayó una teoría similar a la que aplicaba Pep Guardiola en el Barcelona: cambiar incluso cuando las cosas van bien. Para el restyling contrataron a un diseñador gráfico de Texas, que aportó el hermoso estilo vintage con reminiscencias a los afiches del jazz en la era del swing. “Necesitábamos evolucionar en el envase para mostrar que hemos evolucionado interiormente. Estamos luchando en el segmento con grandes jugadores de verdad”, fue el análisis de Ana Lovaglio Balbo, gerente de marketing de la bodega. La estrategia apunta a despertar el interés de los “Mature Millenials”, jóvenes consumidores ávidos por aprender sobre diferentes varietales y regiones.

Cecilia Iuvaro, clásica y moderna

Una de las primeras innovadoras en el mercado, asentó su prestigio con sus trabajos para NortonCatena ZapataFamilia ZuccardiTrapiche y Viña Las Perdices, con identidades refinadas y de inmediata conexión con el público. Gran parte de sus trabajos se cotizan en el exterior, porque diseña etiquetas de vinos argentinos para exportación, como así también para vinos chilenos, españoles y… tailandeses.

El Oro: Una bodega argentina ganó…

El Oro: Una bodega argentina ganó el mayor reconocimiento por Prácticas Sustentables en el concurso mundial de bodega

Superuco, la bodega de los hermanos Michelini, obtuvo el premio de oro en Prácticas Sustentables, otorgado por un reconocido jurado internacional para el ranking de Best Of Wine Tourism 2021.

 

Con su finca de Los Chacanes, Tunuyán, Superuco fue reconocida por la Asamblea Anual de las Grandes Capitales del Vino que elije sólo un Oro por Capital del Vino, de entre todas las categorías premiadas, y ese premio lo eleva a ganador global de su categoría.

La Great Wine Capitals es una red mundial de ciudades situadas en ambos hemisferios, que comparten valores económicos y culturales: ser regiones vitivinícolas internacionalmente reconocidas. Es la única red que incluye los llamados “Viejo” y “Nuevo” mundo del vino, y su objetivo es promover el turismo, la cultura y el intercambio comercial entre las internacionalmente reconocidas ciudades y regiones de Adelaide (Australia) Bilbao y Rioja (España), Cape Town y Cape Winelands (Sudáfrica), Burdeos (Francia), Lausanne (Suiza), Mainz y Rheinhessen (Alemania), Mendoza (Argentina) Oporto (Portugal), San Francisco y Napa Valley (Estados Unidos), Valparaiso y Casablanca (Chile) y Verona (Italia).

 

 

El Premio Global en Prácticas Sustentable y Turismo del Vino fue para los mendocinos Michelini, por su bodega Superuco, ubicada en Los Chacayes, Tunuyán. Con este reconocimiento, se transforman en un ejemplo de prácticas sustentables entre las bodegas del mundo.

 

Matías, Juan Pablo, Gerardo y Gabriel Michelini junto a su socio Daniel Sanmartino
Matías, Juan Pablo, Gerardo y Gabriel Michelini junto a su socio Daniel Sanmartino

 

Para nosotros, el premio del oro internacional a la mejor bodega de prácticas sustentables, es el reconocimiento como familia Michelini. Un aliento al trabajo de mas de 10 años en que llevamos a toda nuestra cultura vitivinícola a la investigación y la labor de prácticas orgánicas, ecológicas, sustentables y biodinámicas”, se emociona Matías Michelini, quien con sus tres Gerardo, Juampi y Gabriel, junto a Daniel Sammartino, amigo y socio, llevan adelante la premiada bodega.

La bodega ganadora, fue anfitriona de Germán Martitegui, en el proyecto que realizó durante los dos últimos veranos, cuando el reconocido chef trasladó todo su restaurante y al equipo de TEGUI hacia las viñas de Superuco.

 

Germán Martitegui, junto a Juampi y a Matías Michelini, preparando todo para montar Tegui en Superuco.
Germán Martitegui, junto a Juampi y a Matías Michelini, preparando todo para montar Tegui en Superuco.

 

Agricultura orgánica y biodinámica

En un contexto mundial, en donde la búsqueda por lo natural y lo orgánico está en la mirada de todos, los Michelini se alzan con este trofeo, más que merecido, por su continuo trabajo en el respeto a la tierra.

Este reconocimiento es una alegría enorme como familia y por supuesto que también es un logro para Argentina. Como país vitivinícola, este es un gran reconocimiento de que somos capaces de lograr un premio en sustentabilidad” cuenta con una sonrisa de felicidad Matías Michelini.

 

Los hermanos Michelini, se llevan el Oro Mundial a la sustentabilidad en bodegas.
Los hermanos Michelini, se llevan el Oro Mundial a la sustentabilidad en bodegas.

 

En Superuco, existe una huerta orgánica, que es cuidada por la familia y los trabajadores de la bodega. Es el corazón del lugar y tiene forma circular. Es hogar de plantas medicinales, como la ortiga o la milenrama, que ayudan en las prácticas biodinámicas de producción de vino. Muchas de esas hierbas son utilizadas para las infusiones de montaña “Eres”, emprendimiento llevado a cabo por dos de las mujeres de la familia Michelini. Durante la pandemia, realizaron compost y le agregaron preparados biodinámicos que ayudan a mejorar los nutrientes para la tierra.

Con los pies bien plantados

Cuando llega la vendimia, toda la familia se junta para cosechar y prensar la uva, proceso que realizan con los pies, lo que hace el proceso más artesanal y humano. Muchos de los turistas que visitan la bodega durante la vendimia, también forman parte del ritmo mágico que se escucha cuando los pies pisan las uvas.

Además, como parte de su investigación en sustentabilidad y producción orgánica, la bodega fue sede de IX Encuentro Internacional de Vitivinicultura Biodinámica, en 2019. Allí se juntaron expertos de Francia, Estados Unidos, España y Chile se debatió el tema y dictaron charlas sobre ciencias biodinámicas, y el camino hacia la sustentabilidad holística “eso que es parte del proceso de producción de lo que tantas veces nos emociona: el vino”, explica Matías..

“Este es un gran premio que se le otorga a Mendoza, a nuestra cultura vitivinícola, y a las bondades que nos da la Cordillera de los Andes, que nos hace posible este tipo de prácticas agroecológicas”, asegura Matías con orgullo.

“Alas de libertad, sin ellas nada”, es la frase que que los guío en la concepción de esta mágica bodega.

Más premios

En Mendoza, como capital del vino, también recibieron premios las bodegas: Diamandes en Restaurante y Bodega Sólo Contigo en Arquitectura y Paisajes

En la categoría de experiencias Innovadoras fueron nombradas Bodega Monteviejo junto a Wine Institute, Asociación de Sordos de Mendoza, Gilsa (Grupo de Instructores de Lengua de Señas Argentina), Reencarnaciones, experimentación artística y Topos Cultura Accesible.Servicios Relacionados: Universidad del Aconcagua (Diplomatura en Gestión de Enoturismo)

Tikal Patriota linea de orgánicos por Ernesto Catena

Tikal Natural – Ernesto Catena Vineyards

Historia, Pintura, Economía, Caballos, Computación, Biodinámica, Motos, Diseño, Fotografía, Arte… ¿Cómo conjugar todo esto en una sola persona? Pues, buscando alguien con la capacidad de transitar por todas ellas. Y si esa persona además es cuarta generación de winemakers ¿por qué no buscar los vinos que surgen de sus creencias y experiencia de vida? Seguramente algo distinto vamos a encontrar.
Entonces qué mejor que ir al encuentro de los vinos de Ernesto Catena (no confundir con Catena Zapata, bodega de su familia) aceptando la invitación especial para los miembros de Argentina Wine Bloggers a concurrir a la antigua casona de la Bodega en el barrio de Palermo.
Nadie mejor que Alvaro Baffico, su Director Comercial, que se desempeña en la empresa desde hace 13 años y la joven Sommelier Andrea Linares para explicar los detalles de la amplia gama vinos de que ofrece la bodega, muchos de los cuales pudimos catar, incluyendo una espectacular vertical de Tikal Patriota.

Se destacan por trabajar líneas de vinos orgánicos, varios de ellos de viñedos certificados y poseen un abanico de marcas que pueden desorientar un poco al consumidor, pero que se justifican por la búsqueda de Ernesto Catena de brindar un concepto y una simbología artística a cada uno de sus productos, así encontramos: Padrillos, Animal, Mara, Alma Negra, Tikal, Tahuan, Siesta…

Cada etiqueta, cada nombre, tiene una idea y un meditado diseño, que van desde los caballos (Padrillos) una de sus pasiones, el espíritu salvaje de la Argentina (Animal), la cultura Inca (Tahuan, Tikal, Siesta) hasta Alma Negra: blends no declarados para generar misterio, desafío a descubrir a partir de los sentidos.
Pero vamos a lo concreto –porque es fácil abstraerse hacia otros temas en un lugar tan especial, rodeado de objetos de arte, antigüedades y espacios- hablemos de los vinos cuya elaboración está al mando del enólogo Alejandro Kuschneroff:
Padrillos Sauvignon Blanc 2015
Esta cepa me gusta cada vez más porque voy descubriendo cuan diversos pueden ser los vinos elaborados con ella, desde la imponente ruda y frescura de algunos exponentes chilenos, hasta la delicadeza y profundidad que presenta este Padrillos, que cuando se lo sirve a la temperatura justa, ofrece un vino muy elegante. Pero vale la pena guardar algo, porque a la media hora del primer sorbo, cuando ya se pierde el frío, aparecen nuevos aromas, entre ellos los más característicos del varietal.
Mara Pinot Noir 2014 

Proveniente de Río Negro, zona ideal para esta cepa, posee una nariz suave, con la típica nota terrosa que surge en esta zona y una profundidad en boca que deleita.


Tikal 
Algo especial debe significar esta línea para Ernesto Catena, si le puso el nombre de su hijo mayor… Los Tikal Patriota que degustamos son blends de Bonarda y Malbec, pero también hay Tikal Amorío 100% Malbec, Tikal Júbilo Malbec – Cabernet Sauvignon y Tikal Natural Malbec – Syrah.
Tikal Patriota
Nuestra cata vertical de abarcó las etiquetas desde 2005 a 2008. La cosecha 2008 aparece algo despegada del resto, pero en las otras encontramos que su evolución –de una década, 16 meses en madera y posterior guarda en botella- logra un producto con un agradable e identificable bouquet común, pero al mismo tiempo cada una presenta características distintivas; como el café en la 2005 y el fino tabaco de la 2006, ésta última a mi juicio la más destacada de las cuatro por su balance nariz – boca, su estructura de taninos y su elegancia. Son cosechas que ya no se encuentran en el mercado, por lo cual no se indica su precio.




Siesta en el Tahuantinsuyu Malbec 2013
Este vino orgánico certificado (Letis – Demeter) es un buen ejemplo de cómo nuestra cepa insignia que conquistó el mercado norteamericano: con su profunda nariz dominada por las especies, vainilla y algo de violetas, una entrada dulce en boca, buenos taninos y largo final.

Para el cierre de la noche, bien acompañada con catering de Diego Gaona, la presión de los #AWB -estaban presentes también Maximiliano García, Nicolas Orsini, Diego Migliaro y Diego Pernas- se hizo sentir y Alvaro Baffico “consiguió” una botellita del ya extinguido Animal L’Orange, vino naranja blend de Chardonnay y Semillón, un blanco elaborado como tinto, macerado y fermentado con sus hollejos y embotellado en una simpática botella de medio litro con tapa corona. De tonos florales y cítricos en nariz y seco en boca, presenta carácter y mejor tomarlo bien frío, refrescante. A esperar la próxima cosecha para este verano.

Con una sonrisa en el alma, seguramente generada por una copa final de Alma Negra Blanc de Blancs, nos despedimos de nuestros anfitriones esperando volver pronto a la casa de Ernesto Catena Viñeyards o Tikal Natural, como parece ser la identificación que la bodega busca difundir como marca madre.
FUENTE _ ANGEL Y VINO