Diez etiquetas de vino con historias singulares

Tanto el diseño de una etiqueta como el nombre del vino, además de la forma del envase son parte importante de la estrategia de marketing de una bodega. De hecho, todo producto ha de tener un nombre, un diseño, una referencia, un distintivo por el que se le conozca y lo haga singular. Por ello, algunos diseños actuales de etiquetas rompen todos los esquemas clásicos, con colores llamativos e incluso estrafalarios, con tipos de letra estrambóticos, y con nombres del vino divertidos, curiosos, cachondos y caprichosos que se balancean entre los más pícaros y eróticos, raros y pintorescos, incluso grotescos y algunos con cierto punto irreverente, pero con mensajes e historias que, en algunas ocasiones, tienen mucho que ver con la filosofía de la bodega o el contenido de la botella.

Este movimiento no es exclusivo de nuestro país. Por ejemplo, en otros territorios con una solera vitivinícola importante como Francia, afloran etiquetas tan grotescas como Frog’s Piss (pipí de rana), Vin de Merde (vino de mierda), Old Fart’s Wife (pedo de esposa vieja), Blasted Church (maldita iglesia) o el Elephant on a tightrope (elefante en la cuerda de tender). También en Australia encontramos etiquetas insolentes, como la del tinto Bitch (puta) o la Fat Bastard (gordo bastardo). Y en California descubrimos algunos más suaves como el Mad Housewife (ama de casa loca) o el Cleavage Creek (escote profundo).

En España hay muchos, muchísimos aunque nosotros solo hemos realizado una pequeña selección. Podemos encontrar desde los que hacen referencia a las matemáticas (¿os suena el vino catalán 1+1=3?) con nombres que parece que nos invitan a volver a la escuela hasta ejemplos relacionados con las letras, con etiquetas como Més que Paraules (Más que Palabras) en el Bages y su antónimo Sin Palabras en Rías Baixas. Otros ejemplos, podrían ser Corazón Loco (de Iniesta), De Puta Madre o el pícaro Tetas de la Sacristana, en la Alpujarra almeriense, que hace referencia a un paraje natural de dos montañas que se las conoce tradicionalmente con ese nombre.

De todos ellos, nosotros hemos seleccionado tan solo diez, entre las decenas de ejemplos, dada su singularidad ya no solo en su etiqueta sino también en el vino. ¿Los conoces? Reseñas interesantes para sorprender a tus amigos y familia esta Navidad…Qué Bonito Cacareaba

Es un blanco de Rioja que al principio comenzó llamándose el “Contador de Gallo Canta”, donde Gallo Canta es una viña que Benjamín Romeo tiene cerca de la Bodega Contador, Cuando empezó a comercializarse en Estados Unidos, la bodega americana Bodegas Galo mandó una carta a Benjamín en la que le “invitaba” a cambiar el nombre o a verse en los juzgados. En ese momento pensó, “como el gallo ya no puede cantar… qué bonito cacareaba”.

Gallinas y Focas

Es un vino con un alto contenido social fruto de la colaboración de Amadip Esment y la bodega 4 Kilos Vinícola en VT Mallorca. Amadip Esment es una organización para que personas con discapacidad intelectual y sus familias disfruten, mejoren su calidad de vida y dispongan de las mismas oportunidades que todos los ciudadanos. Sus miembros participan activamente en todo el proceso de creación del vino siendo los principales protagonistas de este proyecto. Cuando se les preguntó por qué habían escogido dicho nombre su respuesta fue clara: las gallinas son divertidas y las focas aplauden. Al mismo tiempo se les pidió que realizaran dibujos de gallinas y focas que posteriormente servirían para ilustrar la etiqueta del vino.

El Marciano

Es el vino del inquieto Alfredo Maestro en la Sierra de Gredos, a 1.150 m de altitud, donde existe una zona en la que se consideran frecuentes las apariciones y avistamientos de extraterrestres y ovnis. Esta “creencia popular” da lugar al diseño de esta etiqueta que ilustra a dos marcianos ayudando en las tareas de arado al propio viticultor que llega de madrugada para preguntarles ¿qué hacéis arando mi viña?”.

Xitxarel·lo

Xitxarel·lo es una expresión catalana que se traduce como “aprendiz de hombre”. Es decir, un joven de primera volada. Por eso su nombre hace honor a este vino blanco joven elaborado 100% con la variedad xarel·lo de la región del Penedès. El término luce en primer plano junto a otros setenta insultos catalanes serigrafiados en la botella. Todos hacen alusión a los reniegos y la mala leche de los payeses en el campo y en la viña.

Cojón de Gato

Lo elabora Lamarca Wines en el Somontano y su nombre hace referencia a una uva local que interviene en el vino, junto a la merlot y la syrah. También elabora otros vinos con nombres divertidos, como el Teta de Vaca, nombre antiguo de una variedad de Aragón, o el María de la O, entre otros.

El Perro Verde

Vino cuyo nombre está ligado a una producción especial que realiza la bodega A. Lorenzo Cachazo, en Rueda, para el intermediario y distribuidor Quim Vila de VilaViniteca de Barcelona. Vila solicitó un verdejo distinto, diferencial. Cuando se cató el primer vino, los interesados allí presentes lo catalogaron como un vino “raro”, tan raro como “un perro verde”.

Habla

Es el nombre de una bodega extremeña cuyos vinos quieren hacer honor a la perfección. Es decir, que para la bodega “a los vinos sólo les hace falta hablar”. Esto va unido a la leyenda que cuenta que cuando Miguel Ángel terminó su Moisés, le pareció tan real que lanzó un martillo sobre la rodilla de la escultura y le ordenó “¡Habla!”

La Mujer Cañón

Este vino, junto con El Hombre Bala, está elaborado por la bodega Comando G (la G está tomada de la inicial de la variedad garnacha) inscrita en la DO Vinos de Madrid. Para todos aquellos que vivieron los ochenta el nombre seguramente les recordará a la serie de dibujos animados japoneses, Comando G, que se emitían en aquellos tiempos. La serie relataba las aventuras de cinco jóvenes que defendían la tierra de las amenazas del espacio exterior. Eran años en los que sólo existía TVE o el UHF. Por aquel entonces, series o concursos como Un, Dos, Tres, Falcon Crest, El Circo, Dallas, Mazinger Z, Comando G o La Bola de Cristal marcaron a toda una generación. Esta etiqueta hace homenaje a un clásico de la tele de los 80, El Circo, con música de Parchís y, cómo no, a la garnacha.

Gran Cerdo

Elaborado por la bodega The Wine Love en La Rioja, la historia de este etiqueta alude al caso real de su propietario Gonzalo. En sus inicios necesitaba 6.000€ para embotellar una de las añadas. Era una cantidad pequeña y decidió acudir a la caja de ahorros y pedir un préstamo por esa cantidad. Su indignación – e inspiración para el nombre del vino- fue fruto de la respuesta obtenida: le denegaron el préstamo porque “el vino no era un bien embargable”. Finalmente, reunió el dinero gracias a sus amigos. Sobran más explicaciones sobre a quién rinde homenaje este vino.

 

La Malkerida

Es un vino elaborado por David Sampedro en Utiel-Requena cuyo objetivo era otorgar mayor reconocimiento e identidad a la variedad bobal. Esta uva es la segunda más plantada en España pero también la más maltratada e incomprendida en muchas ocasiones. De hecho, muchos todavía la identifican con producciones a granel. Sin embargo, gracias al trabajo de nuevos y jóvenes productores -como David- se está experimentando un cambio de tendencia con la creación de productos originales y con identidad propia a partir de esta variedad.

Hasta aquí hemos realizado una pequeñísima selección pero hay muchos, muchos más. Algunos hacen referencia a las matemáticas (¿os suena el vino catalán 1+1=3?) que parece que nos invitan a volver a la escuela pero también encontramos ejemplos con las letras, con etiquetas como Més que Paraules (Más que Palabras) en el Bages y su antónimo Sin Palabras en Rías Baixas. Otros son, por ejemplo, Corazón Loco (de Iniesta), De Puta Madre o el pícaro Tetas de la Sacristana, en la Alpujarra almeriense, que hace referencia a un paraje natural de dos montañas que se las conoce tradicionalmente con ese nombre.

En fin, parece que ahora los señoríos, condes, marqueses, castillos y viñas de nobleza no están hoy tan de moda… pero que no falten, por favor.

FUENTE: https://www.7canibales.com/
AUTOR: Alfred Peris