Vinos y diseño, maridaje sin límites
“Ser bueno en los negocios es el tipo de arte más fascinante”. Así como sus obras, muchas de las sentencias de Andy Warhol mantienen su vigencia como tangentes que cruzan la modernidad y la sociedad el consumo. Sobre todo en la última década, la industria del vino evolucionó en esa misma línea. No sólo por haber confirmado a la vitivinicultura como otra especie de arte en permanente experimentación, sino además por una creciente tendencia en incorporar el diseño para presentar sus productos.
Las etiquetas tradicionales conviven desde hace rato con obras en miniatura de artistas reconocidos, tipografías estridentes, composiciones cromáticas audaces e ilustraciones que abarcan del minimalismo al surrealismo. Para el mercado, en el que en los últimos cinco años se inscribieron 12 mil marcas nuevas, una operación de “win-win”: si ya dan ganas de tomar todos los vinos, también dan ganas de tenerlos. Un razonamiento que apunta a expandir cada vez más la masa crítica del consumo.
Repasamos entonces algunos de los casos más resonantes de los últimos tiempos.
Ji Ji Ji (Gen del Alma)
Fue sin dudas una de las apariciones disruptivas en 2015, y elegido por la revista Decanter como uno de los best-boy del año. Concebido por los enólogos Andrea Muffato y Gerardo Michelini, impresionó tanto por su elaboración (la maceración carbónica para la cofermentación del Malbec y el Pinot Noir), como por su aspecto y sabor en boca. Por supuesto, el diseño de la etiqueta no le fue en zaga, con un enigmático comodín, flanqueado por frases alusivas a Los Redonditos de Ricota, inspiradores del vino.
“El Joker esboza su característica risa sarcástica, casi burlona. Sobre una de sus mano levita un As de allí su aparente tranquilidad de tener un as bajo la manga. Por otro lado, en su otra mano muestra el poder inigualable del control del tiempo a través de un reloj que en lugar de agujas tiene llaves. Para finalizar existe en este dibujo la presencia de las cartas de la Reina y el Rey, ya que los enólogos de este vino son un matrimonio”, explicó la diseñadora Carolina Saguán, quien también concibió el carnaval distópico del Zorzal Piantao y el flamenco psicodélico del Plop! de Manuel Michelini.
Mosquita Muerta Wines
El proyecto de José Millán se impone desde la calidad y la irreverencia. Lejos de espantar, los nombres de los vinos atrapan la atención de inmediato y todos tienen su razón de ser: Mosquita Muerta (siempre tiene un plan aunque nadie lo note), Sapo de Otro Pozo (como se sintió Millán al principio), Pispi (el que llama siempre la atención), y Perro Callejero (hay que estar en permanente movimiento).
Entre las cuatro etiquetas y el coqueto packaging en blanco y negro, concebidos integralmente por el estudio Boldrini & Ficcardi, descolla Sapo de Otro Pozo: con una ilustración preciosista de Lucila Jaime, fue galardonada por su diseño en el premio Desafío Federal 2015.
Ya que hablamos de New Yorker, el ilustrador y best-seller Liniers cumplió hace pocos el sueño de llevar de ver publicada una obra suya en la portada de la revista estadounidense. Ernesto Catena lo convocó para que que dibujara cinco piezas originales para su Alma Negra Single Vineyard, y el resultado es de colección. Un nuevo hito en las inquietudes artísticas de Catena, quien ya había impresionado con las etiquetas y el lujoso packaging de los Animal, con frescos selváticos que remiten a la estética de Paul Gauguin.
Susana Balbo
Reconocida en la industria por su constante visión innovadora, con su línea Críos ensayó una teoría similar a la que aplicaba Pep Guardiola en el Barcelona: cambiar incluso cuando las cosas van bien. Para el restyling contrataron a un diseñador gráfico de Texas, que aportó el hermoso estilo vintage con reminiscencias a los afiches del jazz en la era del swing. “Necesitábamos evolucionar en el envase para mostrar que hemos evolucionado interiormente. Estamos luchando en el segmento con grandes jugadores de verdad”, fue el análisis de Ana Lovaglio Balbo, gerente de marketing de la bodega. La estrategia apunta a despertar el interés de los “Mature Millenials”, jóvenes consumidores ávidos por aprender sobre diferentes varietales y regiones.
Cecilia Iuvaro, clásica y moderna
Una de las primeras innovadoras en el mercado, asentó su prestigio con sus trabajos para Norton, Catena Zapata, Familia Zuccardi, Trapiche y Viña Las Perdices, con identidades refinadas y de inmediata conexión con el público. Gran parte de sus trabajos se cotizan en el exterior, porque diseña etiquetas de vinos argentinos para exportación, como así también para vinos chilenos, españoles y… tailandeses.