Las curiosas etiquetas de vinos de Vicentin
El Tramposo, El Contrabandista, El Guapo, El Canalla, El Bribón, los llamativos nombres que eligió la polémica familia
El nombre de un vino representa su alma, cómo quiere ser percibido y apreciado no solo en una góndola. En el mundo vitivinícola hay una variada gama de nombres, pero el grupo Vicentin es uno de los que se atrevió a ir más lejos. Sus vinos hasta se agrupan bajo el nombre Banda de los Sucios.
En estos días, el grupo Vicentín, con participación en varios sectores de la economía, está en el centro de las miradas. Con presencia en Argentina desde 1929, recién 80 años después, en 2009, decidió incursionar en el segmento vitivinícola y en 2010 fue la primera cosecha. Hoy sus vinos se exportan. En diciembre de 2016 adquirieron el 100% de las acciones de Bodega Sottano. Entre Bodega Vicentin y Bodega Sottano, el grupo cuenta con más de 60 etiquetas, que se exportan a más de veinte países.
Posicionada en el foco de la tormenta por tener deudas que rondan los $100.000 millones no solo con bancos sino con pequeños productores, hoy las etiquetas de sus vinos llaman aún más la atención. Por obra del marketing o de la intuición, sus marcas hoy generan otras sensaciones.
Las principales etiquetas de Vicentin Family Wines ofrecen vinos reunidos bajo el nombre Banda de los Sucios: El Tramposo, El Renegado, El Contrabandista, El Cuarto sucio/El Canalla. Pero, como si esto fuera poco, hay más: Maldito, Arrogante, Voraz, Greta la Salvaje, El Apostador, El Guapo, El Bribón y Prisionero, entre los más curiosos.

La audacia llega a extremos inimaginados. El Renegado, en su versión cabernet sauvignon, se ofrece como “peligroso y diferente”; el cabernet franc de El Tramposo es “peligroso e imparable”; mientras que el petit verdot de El Contrabandista es “peligroso y siempre seductor”.
El economista Ernesto Mattos, del Centro Cultual de la Cooperación e investigador del Pro.In.Gra FCE UBA, señaló a BAE Negocios: “Si bien los nombres deben responder al marketing, hoy parecen irónicas y muy graciosas si uno piensa que están en cesación de pagos. En un contexto donde han cerrado más de 1.000 empresas agropecuarias en los últimos años, el grupo Vicentin se consolida en ocho rubros y saca estas etiquetas que aluden a cómo se sobrevive en este último período, en el cual por sus conexiones dentro del gobierno anterior podían acceder fácilmente a préstamos”.
En el mundo del vino, Jeff Mausbach, dueño de marcas como Buscado vivo o muerto o Manos Negras señaló: “Uno no quiere ser uno más adentro de la góndola y del mercado y busca diferenciarse. La etiqueta influye muchísimo a la hora de comprar un vino cuando el consumidor se para frente a una góndola”. Hay incontables ejemplos de nombres curiosos.
Aldo Graziani, de Aldos’s Vinoteca, explica: “Hay una guerra de etiquetas para ver quién hace la más llamativa y a veces se pasan de rosca. A veces es tan raro el efecto, decís ‘quién va a comprar un vino con este nombre’ y después es un éxito”. Lo importante es llamar la atención. Y como dice la familia Vicentin, lo importante es “ser peligroso, diferente, imparable y siempre seductor”.
FUENTE: BAE AUTOR: Por Graciela Moreno
Chachingo El dantesco reino de uno de los mejores enólogos del mundo
Alejandro Vigil, el Messi de los vinos, abrió hace tres meses un restaurante en su finca inspirada en La Divina Comedia y es un boom. Los turistas van a probar sus premiadas creaciones y sacarse fotos en un lugar que ya es de culto.
Llegar a la localidad agrícola de Chachingo, a sólo 25 minutos en auto desde el ingreso a la ciudad de Mendoza, parece algo simple. Sin embargo, hay que andar a paso lento entre poblaciones rurales de esquinas adoquinadas. Transitar hacia el sureste por la pintoresca calle Urquiza de Coquimbito, la más utilizada por el turista que recorre bodegas en bicicleta, y atravesar arboledas de carolinos que superan los 10 metros. Seguir hasta donde topa –que en el diccionario cuyano es donde termina en forma repentina una calle– y estar atentos al cartel que dice Videla Aranda, la calle de Maipú. Desde allí, a unos dos kilómetros hacia el norte entre fincas de viñedos, olivos, ciruelos y duraznos, está Casa El Enemigo.
Una pareja de treintañeros de Estados Unidos apuran sus pedaleadas para llegar a tiempo a la casa bodega de Alejandro Vigil, jefe de enología de la bodega Catena Zapata y creador del vino El Enemigo. Su socia es Adrianna Catena, hija del bodeguero Nicolás Catena y dueño del gran imperio vitivinícola.
Vigil (42) es ingeniero agrónomo de la Universidad Nacional de Cuyo y lleva 14 años en Catena Zapata. Antes trabajó en el INTA Luján de Cuyo, donde investigó los suelos más propicios para el desarrollo del Malbec, la cepa emblema de Argentina. En su casa levantó su bodega y un restaurante para 55 cubiertos.
Sus hijos Juan Cruz (6) y María Giuliana (3) juegan entre las mesas, dibujan animales salvajes en el barro y hablan con los turistas como si se tratara de un pariente que visita la casa. Su esposa María Sance, doctora en Biología y docente universitaria, es la responsable de llevar adelante el restaurante.

Vigil recreó la Divina Comedia en su finca. El predio se llama Casa El Enemigo. A la bodega la bautizó como Los Valientes, la plantación es Nuestros Viñedos y el restaurante, Los Glotones. Como el Dante, el paseo invita a atravesar los reinos de ultratumba, distintas cavas para conservar vinos. Primero, el infierno, después el purgatorio y, finalmente, el paraíso.
En uno o dos meses más estarán listos los vinos de esa finca. El enólogo apunta al terruño para potenciar el suelo y clima, y dejar de lado la madera. “No hay peor enemigo que el miedo de no concretar las cosas por inseguridad. Hay que ganarle la batalla interna al miedo”, repite el enólogo, a quien consulta el particular nombre de su casa bodega.
De bermudas estilo militar, remera negra y zapatillas, Vigil se pasea como un turista. Se sienta a cada mesa para charlar con sus invitados y descorchar generosamente varias botellas de vinos, que van de los 500 a 900 pesos en el mercado. “Estalló esto”, dice tomándose la cabeza, mientras su casa se ve invadida de brasileños, norteamericanos, colombianos, peruanos y europeos que vienen a probar sus vinos.
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Dos de ellos acaban de obtener el máximo puntaje argentino en la publicación más influyente del mercado de vinos, el reporte 2015 de Wine Advocate del experto Robert Parker. Sus creaciones Gran Enemigo Single Vineyard Gualtallary Cabernet Franc 2011 y Catena Zapata Adrianna Vineyard Malbec 2011, calificaron en 98 puntos sobre 100. Y el vino de su pequeña bodega junto a Adrianna Catena, Bodega Los Valientes Chachingo Legend 2013, consiguió 96 puntos.
El Gran Enemigo Gualtallary se solicita por mail y está toda la producción del año vendida. “Armamos una lista de espera para no favorecer el elitismo en la bebida, y el que lo desee pueda disfrutar de El Enemigo”, explica Vigil. Cree que el reconocimiento de estos puntajes no es personal sino grupal. “Haber obtenido 403 vinos con puntajes superiores a 90 es un premio a la región, al esfuerzo. Hemos crecido en media y alta gama en comparación con el año anterior”, asegura.
Vigil nació en el centro mendocino, a pasos del polo gastronómico de calle Arístides. En el convulsionado 2001, ingresó a la bodega Catena Zapata. A los tres meses, el dueño de la bodega le pidió hacer el blend (mixtura de cepajes) del vino Nicolás Catena Zapata 2001. Quedó impresionado. De inmediato fue contratado para elaborar la alta gama de la bodega.

En 2006 nació el proyecto El Enemigo junto a Catena y su hija, y los primeros vinos salieron al mercado en 2010. Utiliza viñedos de la familia Catena de Gualatallary en el fértil Valle de Uco y otros viñedos seleccionados de la zona este mendocina.
Después de vivir 11 años con su esposa en campos de El Carrizal, una zona agreste donde está afincada la comunidad boliviana que trabaja en plantaciones, decidieron mudarse. “Empezamos a investigar. Descubrimos que Chachingo fue una de las primeras zonas donde se había cultivado y encontramos este lugar, nos encantó”, cuenta. Hoy tienen planeado seguir ampliando la finca. “Logré hacer lo que tenía mi abuelo en San Juan, que era la casa y la bodeguita, ahí donde debo haber probado por primera vez el vino, pero con soda”, recuerda.
Su lugar en el mundo es Chachingo, en la localidad de Cruz de Piedra, Maipú. Llegó con el entusiasmo de saber que podía tener buenos vinos. Asegura que sus vecinos fueron fundamentales: “Encontramos una comunidad que nos dio ayuda, que nos protege y dijimos ‘es esto lo que queremos’”. A 500 metros pasa el río Mendoza, que se alimenta de agua de deshielo. En la propiedad hay tres caballos que son de su hijo Juan Cruz. La familia disfruta las cabalgatas con los gauchos de la zona.

Falta poco para el almuerzo. Los mozos van y vienen con bandejas cargadas de copas de vinos. Una brasileña de unos 50 años se acerca para fotografiar la casa del enólogo y llevarse la postal de sus galerías mirando el viñedo. “Al principio nos costó un poco recibir turistas en la casa, pero ahora nos gusta. Les podemos mostrar la forma de vida que tenemos, cómo vivimos, qué hacemos. Hemos tenido que encontrar el equilibrio entre nuestra propiedad y el lugar”, confiesa Vigil.
La mayor demanda de público llevó a Casa El Enemigo a modificar las típicas entrañas, picadas y empanadas que se servían al comienzo por platos más elaborados de trucha y carne asada. Al menú, a cargo del chef Santiago Maestre, se incorporaron los productos delicatessen, como quesos y dulces que produce la esposa de Vigil con la marca Gardenia delicatessen. Todos los platos del restaurante son aptos para celíacos.
Y es un fenómeno. “La realidad es que no lo esperábamos. Abrimos hace tres meses y medio con la idea de darle algo de comer a la gente que venía los viernes y sábados a degustaciones. Pero cada vez querían quedarse más”, apunta el enólogo. La bodega está abierta de 9.30 a 17.30, todos los días, menos el domingo.

El almuerzo por persona cuesta 500 pesos, incluidos los vinos. La distinción con otros restaurantes de bodegas es que hay mucha generosidad con el llenado de copas. “Me cansé de visitar lugares y que apenas podía mojar los labios con un vino”, dice Vigil y quiere que sus visitantes “disfruten el vino y se lleven la experiencia de probarlo y saborearlo”.
Le parece fundamental tomar contacto con los que visitan la casa. “Es una posibilidad de acercarte al consumidor y transmitirle tu idea sobre el vino y la vida en forma directa”, sostiene. Hace probar vinos de otras bodegas, para que el visitante se lleve una impresión de los vinos de la región: “Me junto dos o tres veces por semana con otros enólogos. Probamos los vinos, charlamos sobre los conceptos que estamos desarrollando. Lo más importante es que rompimos la barrera o el miedo de criticarnos. Hoy nos decimos las cosas que pensamos, en confianza, lo que es fundamental para ayudarnos”.
Vigil o el Messi de los vinos, como muchos lo califican, no se imagina haciendo otra cosa. El poco tiempo extra lo dedica a jugar con sus hijos, aprender violín y bajo, escuchar jazz, o escribir cuentos, otra de sus otras pasiones. En lo laboral prefiere concentrarse en la experimentación con cepajes y zonas. Dice: “Hay que dividir los problemas coyunturales, como el atraso cambiario y los costos internos, de lo meramente técnico. Prefiero estar todo el tiempo planteándome todos los vinos que vamos a hacer”. Adelanta que la actual cosecha es espectacular, una de las mejores desde 2004: “Totalmente fría, con vinos aromáticos, de muy bajo alcohol, fácil de beber, lo que está buscando el mundo”.
Una expresión bien mendocina toma fuerza: “Por qué no te vas a la loma del Chachingo”, se suele sugerir cuando se quiere apartar a alguien y enviarlo bien lejos. Vigil logró que ese lugar remoto pueda ser un placentero destino por explorar.

Vigil en primera persona
Presente: Enólogo jefe de la bodega Catena Zapata, copropietario de El Enemigo Wines y Casa El Enemigo, y una de las 50 personas más influyentes del vino para la prestigiosa revista Decanter.
Mentores: “Mi abuelo Tristán, mi padre y la literatura de Julio Cortázar”.
Placeres: “Escribir, escuchar rock y jazz, tocar el bajo y el violín, disfrutar de la compañía de mi esposa María y mis hijos Juan Cruz y Giuliana”.
Exigente: “En Catena siempre hay que estar entre los mejores y siempre hay nuevos desafíos y ganas de hacer mejor las cosas. No quiero hacer el segundo mejor vino. La necesidad de poder estudiar es como una aventura que me mantiene arriesgando todo el tiempo, y siempre en busca del mejor resultado posible”.
Su relación con los famosos: A Marcelo Tinelli le elabora el vino Fede, el Indio Solari, viaja exclusivamente para compartir un vino y estrellas internacionales como Bono o Tommy Lee Jones elogian sus vinos. “Con Marcelo (Tinelli) tenemos una relación de amistad. Es un tipo muy simple, que le encanta el vino y con quien disfruto de compartir esa pasión. Al Indio lo conocí por intermedio de un amigo común y nos caímos bien desde el principio. Es una persona impresionante, por todo lo que sabe”.
El Enemigo: “Surgió a través de distintas charlas que tuve con Adrianna, la hija menor de Nicolás Catena y mi socia en el proyecto. Trabajamos sobre todo con Cabernet Franc, si bien tenemos Malbec y otros varietales. El concepto es volver a hacer los vinos como se hacían antiguamente”.
Las etiquetas: “Son creaciones de Adrianna Catena. La Divina Comedia es uno de los textos inspiradores, con sus cielos e infiernos”.

La cocina de “El Enemigo”
Con 32 años, Santiago Maestre es el chef titular de Casa El Enemigo desde hace dos meses. “Como profesor de cocina tuve la suerte de conocer gente muy abierta, entre ellos Jorge Crotta, que me hizo el contacto para venir a trabajar con Vigil. Hice una prueba y quedé”, cuenta.
El chef describe al enólogo como un rock star, pero que en su trato mantiene una actitud simple y familiar. “Así es la comida que preparamos: sencilla, con detalles gourmet para que vaya bien con estos vinos de gran calidad”, explica.
En su menú hay cortes de carne vacuna, cerdo, chivo y trucha, combinados con hierbas aromáticas y productos regionales, frutas y verduras de la finca. “Los platos se trabajan junto a los vinos, en sus sabores, cortes y aromas para obtener un buen maridaje”, dice.
El chef recuerda que aprendió a cocinar gracias a los consejos de su abuela, con la que convivió durante su infancia. Y cuenta: “Me encanta cocinar a la parrilla, pescados y pastas, también los panificados dulces y salados”.
El concepto de su cocina es que sea saludable, para que pueda comer una persona con celiaquía o diabetes, sin ningún problema. Y se incorporó el menú de niños para que toda la familia disfrute del paseo.
Videla Aranda 7008. Cruz de Piedra, Maipú.
Lunes a viernes. Horarios de visitas: 9.30, 11.30 y 15.30.
Sábados. 9.30 y 11.30.
Reservas: constanzah@enemigowines.com; facebook.com/casaElEnemigo
fuente: clarín
“BODEGA VILA ” LO NUEVO
Luego de recorrer el mundo entero posicionando sus vinos en mercados tan exigentes como Alemania, China, Canadá y Dinamarca, así como en Estados Unidos, donde uno de sus Malbec fue el elegido de Robert Mondavi para su etiqueta “One Hope”, Bodega Vila desembarca con fuerza y mucho entusiasmo en el mercado local. Ubicada en Cruz de Piedra, Maipú, provincia de Mendoza, cuenta con viñedos propios en zonas tan diversas como Agrelo (Luján de Cuyo), Los Arboles (Tupungato, en el Valle de Uco) y Monte Caseros (Partido de Rivadavia). Su edificio es una auténtica joya arquitectónica, dueña de la cava subterránea más antigua que se conozca en la provincia.
Al frente del proyecto se encuentran José “Pepe” Vila, su dueño, y el enólogoIván Fernández, quienes en forma conjunta elaboran 10 etiquetas, algunas de las cuales ya fueron premiadas por prestigiosos concursos. Es el caso de la reciente medalla de oro lograda en Francia, en el concurso “Vinalies 2019”, donde su vino Los Patos Colección alta Malbec fue elegido por importantes enólogos como uno de los mejores vinos argentinos. La bodega también se permite jugar con algunas rarezas, como es el caso del Aequus Nocte, un innovador vino blanco de Cabernet Sauvignon que gusta mucho y sorprende por ser único en su tipo.
Un poco de historia
Antes de pertenecer a José “Pepe” Vila, la bodega era propiedad de la familia Cruz Videla cuyo ADN histórico es tan antiguo como la propia Mendoza. Fundadores y colonos de Maipú en sus comienzos, los Cruz Videla eran una de las 38 familias que poblaron la zona. Nombre con el que se bautizó a la línea joven de la bodega en su homenaje. La familia aún conserva el sable del Gral Roca que les fuera entregado en agradecimiento por el apoyo brindado al incipiente ejército argentino.
A los Cruz Videla también se los recuerda con mucho afecto ya que liberaron y donaron gran parte de sus tierras a cientos de pobladores originarios cuando fueron apresados en la conquista del desierto.
La historia cuenta que Manuel Cruz Videla, construyó la bodega en la primera mitad del siglo XIX y se tiene registro de su antigüedad, entre otras cosas, porque su cava sobrevivió al terremoto de 1861, tragedia que obligó a Mendoza a reconstruirse. De allí sus al menos 160 años de historia.

Los vinos
38 Familias Cabernet Sauvignon 2018
Es un 100% Cabernet Sauvignon, de color rojo violáceo intenso, en nariz asoman aromas a frutos negros y especias. En boca nos invita a un disfrute muy agradable con pasos de taninos suaves y sedosos. Equilibrado vivaz y sumamente elegante. Con una crianza con aporte de roble francés en insertos de duelas. Precio Sugerido en vinotecas: $185
38 Familias Malbec 2018
Es un 100% Malbec, con un color rojo violáceo intenso, en nariz despierta aromas a frambuesas cerezas y moras maduras. En boca nos invita a un disfrute agradable suave y sedoso, de taninos redondos. Soporte de Roble le da un carácter avainillado con destellos de chocolate. Con una crianza con aporte de roble francés en insertos de duelas. Viñedo: con una altura de 800 msnm, ubicado en Los Árboles, Tupungato, Valle de Uco. Precio Sugerido en vinotecas: $185
Los Patos Clásico (Cabernet)
Es un 100 % Cabernet Sauvignon, que obtuvo doble medalla de Oro en Vinus 2018! Posee un color rojo brillante, llamativo de media intensidad. En nariz es sumamente expresivo, es especiado con aromas de frutas negras y pimientos verde. En Boca amable y equilibrado, de final medio muy agradable., ideal para maridar con carnes asadas. No posee contacto de madera. Viñedo: con una altura de 700 msnm, ubicado en Monte Caseros, Partido de Rivadavia. Precio Sugerido en vinotecas: $265
Los Patos Clásico (Malbec) 2016
Es un 100 % Malbec que obtuvo doble medalla de oro en vinus 2018. Es fresco, intenso y voluminoso en su naturaleza, con notas muy expresivas de frutas rojas y mermelada en nariz, de buena estructura en boca y de final largo redondo y agradable. Ideal para maridar con carnes rojas, tablas de quesos y pastas con salsas suaves. No posee contacto de madera. Viñedo: con una altura de 800 msnm, ubicado en Los Arboles, Tupungato, Valle de Uco. Precio Sugerido en vinotecas: $265
Aequus Nocte Blanc de Cabernet Sauvignon 2018
Es un 100% Cabernet Sauvignon, el único Cabernet vinificado como blanco en el país. Viñedo: con una altura de 700 msnm, ubicado en Monte Caseros, Partido de Rivadavia. Precio Sugerido en vinotecas: $265
Aequus Nocte Rosé 2018
Varietal: 50% Cabernet Sauvignon / 50% Malbec. De color rosado vivaz, en nariz deslumbran aroma a frutilla y mermeladas. Extremadamente equilibrado. De acidez controlada. En Boca se presenta fresco y frutado. Con largo y prolongado final a frutos rojos, casis y cerezas ideal para la primavera y el verano. No posee contacto con madera. Viñedos: con una altura de 700 msnm y 1050 msnm, ubicados en Monte Caseros y Agrelo respectivamente. Precio Sugerido en vinotecas: $265
Los Patos Colección alta Malbec
Es un 100 % Cabernet Sauvignon, ganó la medalla de oro VInalies Internationales 2019. Tiene una intensa expresión aromática, donde se destacan las frutas negras bien maduras y pimientos verdes. Redondo y de gran cuerpo, contundente, con un final de boca largo y persistente, con notas piracínicas presentes en equilibrio con la madera. Ideal para acompañar carnes rojas asadas. Crianza: 6 meses en barrica de roble francés. Viñedo: con una altura de 700 msnm, ubicado en Monte Caseros, Partido de Rivadavia. Precio Sugerido en vinotecas: $370
Los Patos Colección alta Cabernet Sauvignon
Es un 100% Cabernet Sauvignon, de una intensa expresión aromática, donde se destacan las frutas negras bien maduras y pimientos verdes, redondo y de gran cuerpo, contundente. Final de boca largo y persistente, con notas piracínicas presentes en equilibrio con la madera. Ideal para acompañar carnes rojas asadas. Crianza: 6 meses en barrica de roble francés. Viñedo: con una altura de 700 msnm, ubicado en Monte Caseros, Partido de Rivadavia. Precio Sugerido en vinotecas: $370
Familia Vila Gran Reserva Cabernet Sauvignon 2014
Es un 100 % Cabernet Sauvignon, ganador de una Medalla de Oro en Vinus 2018, Francia. De gran expresión aromática, se destacan frutas negras bien maduras y pimientos verdes, redondo y de gran cuerpo. El final en boca es largo con notas piracínicas bien definidas y equilibradas. Ideal para maridar con carnes rojas bien condimentadas y quesos de cáscara dura. Con una crianza de 12 meses en barrica de roble francés. Viñedo: con una altura de 700 msnm, ubicado en Monte Caseros, Partido de Rivadavia. Precio Sugerido en vinotecas: $525
Familia Vila Gran Reserva Malbec 2014
Es un 100% Malbec, ganador de una Medalla de Plata en Vinandino 2018. Con una gran expresión aromática, se destacan las ciruelas maduras, moras, violetas y mermeladas en combinación con toques de vainilla y tabaco. En boca es elegante, de muy buena estructura, con taninos dulces y redondos. Y de excelente acidez con un largo, placentero y delicado final.
Y con una crianza de 12 meses en barrica de roble francés. Fermentación: Levaduras seleccionadas. Temperatura de fermentación, inferiores a 25ºC, durante 14 días. Fermentación maloláctica controlada por 14 días. Viñedo: a una altura de 1100 msnm, en Los Arboles, Tupungato, Valle de Uco. Precio Sugerido en vinotecas: $525
Mosquita Muerta y la importancia de una buena etiqueta
La familia Millán comanda una de las bodegas más innovadoras del país con marcas que cuentan muchas historias. Un emprendimiento familiar cambió la manera de comunicar el vino.
Al recorrer la historia del vino es fácil comprobar que siempre se trato de un ámbito muy exclusivo y conservador. Basta observar las etiquetas más tradicionales para notar que en otros tiempos los códigos de diseño y comunicación eran muy simples y comunes entre todas las bodegas. Básicamente, los nombres de los vinos tomaban el nombre del establecimiento que solía ser el apellido de la familia fundadora o bien la ciudad de origen de ésta. Incluso ciertos apellidos eran, algunos aun hoy lo son, comunes a varios vinos o establecimientos.
Pero hace unos veinte años el escenario comenzaría a cambiar con la llegada de nuevas familias a la industria. En nuestro país este nuevo capítulo dio la oportunidad primero a muchos winemakers que tras años de trabajo en grandes establecimientos se animaban a la bodega propia, luego una oleada de inversores extranjeros encontraría entre los viñedos argentinos su lugar en el mundo y por último algunas familias exitosas en otras industrias escribirían su propio capitulo. Entre estas últimas la familia Millán es una de las que marcó la diferencia. Por años dedicado al comercio en Mendoza y otras provincias, José Millán junto a sus hijas, Marisel y Melisa, irrumpió en la escena vitícola con ingenio y creatividad. Una historia de éxito en tiempo record que sumó a la industria vínica local nuevos códigos estéticos y en la comunicación.
¿Cuándo comienza la historia de la familia Millán en el mundo del vino?
Nuestro desembarque en el mundo del vino comienza en 2001 cuando la familia compra Bodega Toneles. La misma estaba destinada a ser demolida para hacer un centro de distribución para la actividad principal de la empresa, el Supermercado Átomo. Luego de recorrer la Bodega por varios meses, mi papá José se enamoró del legado que habían dejado los “Armando Hermanos” con su majestuosa obra arquitectónica de 1922. Seguro de esa decisión, comenzó en 2002 con el proceso de reacondicionamiento, remodelación y puesta en valor de la bodega.
Unos años más tarde, en 2010, nace el proyecto de Mosquita Muerta de la mano de mi papá, José Millan (hijo). Buscando el nombre de las líneas con el enólogo, nos dábamos cuenta que cada vez eran más raros o más intelectuales, entonces José propuso que usáramos conceptos más populares, más cotidianos. Entonces, Mosquita Muerta surge a partir del dicho popular sobre la sagacidad de la mujer y su comodidad para por ejemplo, llegar a un evento multitudinario y, en menos de 30 segundos te revolucionar todo, desenvolverse con cierta elegancia y soltura, mientras que el hombre es más callado o tímido. Esta habilidad de ser sociables, elegantes y al mismo tiempo protagonistas de la escena es lo que mi papá admira de ellas. A pesar de que la gente le decía que estaba “totalmente loco” por registrar ese nombre, lo hizo igual. Este nombre inspiró el logo: una cruz que tiene cinco letras M, por el nombre de sus cuatro hijas y por el de su mujer que se llama Marisa.
¿Cómo nació la idea de contar las historias desde las etiquetas y qué devolución tuvieron del consumidor?
Nuestro origen comercial tiene que ver con el rubro del supermercado, que no tiene ninguna relación con el mundo del vino, que es muy tradicional y en general involucra a muchas generaciones de familias. Por ende, muchos enólogos nos llamaban informalmente “sapos de otro pozo”. Nosotros aceptamos esta realidad y la exponemos con orgullo, y de allí nace el nombre de uno de nuestros vinos, Sapo de Otro Pozo.
La respuesta que hemos recibido de los consumidores es increíble. Cada vez que miran las etiquetas, leen los nombres y toman el vino, es una ceremonia lúdica: se ríen, preguntan, quieren saber qué hay detrás de cada una de esas “personalidades” que hemos inmortalizado en los vinos. Los consumidores se sienten identificados, siempre en los grupos de amigos o familias hay un “pispireta”, una “mosquita muerta”, un “sapo de otro pozo” o un “perro callejero”.
¿Cuál es la historia detrás de Perro Callejero, Mosquita Muerta y Sapo de Otro Pozo?
Perro Callejero (que forma parte de la Selección Exclusiva de agosto de 2018) es símbolo de búsqueda incansable, de una persona que no se cansa de recorrer, de reinventarse. Es sinónimo de alguien independiente que se abastece con sus propios recursos y nunca, nunca, deja de buscar. Lo que quiere transmitir la historia es que cada uno de nosotros siempre tiene un objetivo, una meta o sueño por cumplir y por más que lo logre, al otro día ir en busca de uno nuevo. Un perro callejero es soñador, voraz y fiel. Está en búsqueda de su “hueso de oro”, al que quizás no llegue nunca, pero es su Norte.
Perro Callejero, fiel a sus convicciones e incansable buscador.
Guiado por su olfato enfrenta día a día su propio destino.
Perro Callejero que busca ese hueso de oro hasta las últimas consecuencias.
No intentes domesticarlo… él es su propio dueño.
¿Tienen más etiquetas de este estilo para salir al mercado? ¿Qué historias contarían…?
El año pasado lanzamos “Malcriado”, el vino ícono de Mosquita Muerta que hace alusión al primer nieto de José. Finalmente, después de 4 hijas mujeres, llegó el varón de la familia, el aliado de su abuelo. Felipe nació rodeado de mujeres, las Mosquitas Muertas, y es adorado y celebrado por todas ellas.
Durante el 2018, lanzaremos “Cordero con piel de lobo”, y hace alusión a esa personalidad clásica de ser un cordero pero aparentar con un tapado de piel ser un lobo.
Vayamos a los vinos, ¿cuál es la búsqueda de la familia en materia vitivinícola? ¿cómo explicas el concepto que encierra Perro Callejero?
Nuestra premisa es priorizar la tipicidad varietal y la expresión de cada terruño, es decir no “tapar con madera” las características de cada viñedo. Estamos constantemente trabajando en I+D realizando microvinificaciones con diferentes métodos de elaboración y conservación, tales como co-fermentaciones y el uso de huevo de hormigón que están presentes en cualquiera de los cortes de Mosquita Muerta Wines.
En cuanto a Perro Callejero, nos gusta jugar con diferentes fincas y por eso tenemos;
Perdriel| 50% Malbec Altura: 930 msnm Vista Flores | 25% Malbec Altura: 1020 msnm Los Chacayes | 25% Malbec Altura: 1092 msnm

En cuanto a su elaboración, trabajamos con fermentación en vasijas open top de roble francés y piletas de hormigón. Las uvas fermentan durante 20 días a temperaturas bajas y con levaduras provenientes de los viñedos, para obtener una mayor expresión frutal varietal y complejidad aromática. Manejo manual del sombrero con pisón y trabajos de manito hacia el final de la fermentación. Este Blend de Malbec, tiene un leve paso de 6 meses por duelas de roble francés.
Además de Mosquita Muerta, ¿qué otros proyectos tienen hoy?
Fuego Blanco Wines, 100 % Valle del Pedernal, en el límite entre la provincia de San Juan y Mendoza. Con esta línea, exploramos la exuberancia de un suelo cuyo potencial está aun por ser descubierto. Las condiciones de clima y suelo permiten vinos de un carácter distinguido: nuestra finca se encuentra a más de 1500 metros sobre el nivel del mar, el clima brinda excelente amplitud térmica, el agua de riego proviene de vertientes naturales, los suelos son pedregosos y el abrazo de Los Andes que resguarda la vid de los vientos.
En la bodega tienen uno de los restaurantes más importantes de Mendoza, ¿Qué ofrecen?
Abrasado se encuentra dentro del predio de Bodega Los Toneles, patrimonio cultural de la provincia de Mendoza. Es un restaurante que tiene como pilar la “cocina de producto”. Este concepto reivindica la excelencia de la materia prima. Productos nobles como carnes, aceite de oliva, aceto balsámico, especias y vinos, son obtenidos de campos, fincas y viñedos nuestro familia y posteriormente son llevados a la mesa para ser disfrutados por los comensales. Frutas frescas y verduras minuciosamente seleccionadas, inconfundibles pastas caseras, platos cuidados y sabrosos son el resultado de un incansable trabajo de producción. Con estilo, Abrasado lleva los sabores y aromas del campo argentino a la mesa de su acogedor espacio. Abrasado, además, es un espacio abierto al arte; invitamos a diferentes artistas locales a exponer sus obras y, así, brindar calidez y mostrarle al público extranjero el talento mendocino.
El signo distintivo de Abrasado son las carnes maduradas en seco. Los mejores cortes de carne vacuna (T-BoneSteak, bife de chorizo y ojo de bife con hueso) se encuentran almacenados en un sistema de refrigeración bajo rigurosos controles de temperatura (1-3 °C), humedad (50-70%) y un flujo constante de aire. Todos los cortes elegidos para este programa de maduración premium permanecen entre 7 y 28 días en cámaras refrigerantes. Este proceso natural disminuye la humedad propia de la carne concentrando su sabor. Además, debido a la acción de las enzimas que desprenden los tejidos del músculo se logra una carne con mayor textura. El resultado es un corte vacuno de mayor intensidad de sabor y terneza. Abrasado es el único restaurante de la región de Cuyo que ofrece este sistema de añejamiento de la carne.








